¿Qué hacer si tu niño no hace caso y es voluntarioso? Estrategias para mejorar su comportamiento 

Es común que los padres se sientan frustrados cuando sus hijos no siguen instrucciones o parecen estar en su propio mundo, sin prestar atención. 

Lo que muchas veces interpretamos como desobediencia o rebeldía puede ser, en realidad, una señal de que nuestros niños necesitan apoyo adicional para regularse y mantener su enfoque

Desde la neuropsicología y la terapia ocupacional, sabemos que muchos de estos comportamientos son formas en las que los niños expresan sus necesidades o intentan adaptarse a su entorno.

A continuación, te presentamos estrategias prácticas para manejar esos momentos difíciles y ayudar a tu hijo a mejorar su conducta y enfoque.

Establecer rutinas claras y predecibles

Los niños se sienten más seguros cuando tienen una rutina diaria estructurada y predecible. Saber qué esperar les brinda una sensación de control y reduce la ansiedad. 

Si tu hijo tiende a ignorar instrucciones o hacer caso omiso, asegúrate de que entiende lo que viene a continuación. Usar un horario visual o gráficos de tareas puede proporcionarle a tu hijo la estructura necesaria para mejorar su capacidad de seguir órdenes.

Instrucciones claras y concisas

Muchas veces, los niños no siguen las instrucciones porque no las entienden por completo. Usa frases simples y claras. En lugar de decir: «Ponte los zapatos y alístate porque vamos a salir pronto a hacer unas diligencias y a hacer el mercado», puedes decir: «Zapatos ahora». 

Esto les ayuda a concentrarse en una sola tarea. Además, procura que haya contacto visual antes de hablar, para captar su atención completamente.

Fomenta la autorregulación con pausas activas

Cuando los niños parecen desconectarse o no escucharte, una pausa activa puede ser lo que necesiten. 

Permitir que se levanten y se muevan por un momento antes de retomar la actividad les puede ayudar a regular su energía y mejorar su enfoque. 

Los niños, especialmente los de edad preescolar y primaria, aprenden mejor cuando se mueven. A veces, no es que eviten la tarea, sino que necesitan moverse para autorregularse.

Cómo ayudar a tu hijo a mantenerse sentado

¿Tu hijo tiene dificultades para quedarse sentado durante mucho tiempo? Esto es muy común, especialmente en niños que tienen necesidades sensoriales particulares o que tienden a moverse mucho. 

Una de las mejores maneras de ayudar a tu hijo es brindarle herramientas que le permitan moverse de manera controlada, sin que esto afecte su capacidad de concentrarse.

Algunas estrategias que puedes implementar son:

  • Sillas de movimiento: Estas sillas permiten que los niños se balanceen mientras están sentados, brindándoles el estímulo físico que necesitan para mantenerse concentrados.
  • Pelotas de ejercicio: Sentarse sobre una pelota de ejercicio les permite moverse ligeramente mientras trabajan en actividades que requieren enfoque.
  • Mantas pesadas: Para aquellos niños que buscan presión sensorial, una manta pesada puede proporcionarles una sensación de seguridad, tranquilizándolo y ayudándolo a concentrarse.

El enfoque Montessori: Movimiento y aprendizaje

La médica y educadora italiana Maria Montessori fue pionera en la idea de que el movimiento es fundamental para el desarrollo cognitivo de los niños. 

Montessori, observando a niños entre los 3 y 6 años, descubrió que el movimiento y el aprendizaje van de la mano. 

Propuso que permitir a los niños moverse libremente dentro de ciertos límites favorece su capacidad de concentración y aprendizaje. 

Esta idea, basada en la neurociencia, tranquiliza a los padres al recordarles que moverse es una parte normal y saludable del desarrollo infantil.

El enfoque Montessori resalta que los niños deben tener la libertad de moverse mientras aprenden. 

Esto no solo apoya su desarrollo físico, sino también su capacidad para autorregularse y aprender de manera más eficaz. 🌱

Estrategias adicionales para fomentar el enfoque y la atención

1. Crear entornos adaptados

Diseñar un espacio con pocas distracciones sensoriales y que permita el movimiento controlado es clave para ayudar a tu hijo a concentrarse. 

Usa herramientas como los juguetes anti estrés, que les brindan estimulación táctil sin distraerlos de la actividad principal. Esto favorece la concentración y previene la frustración.

2. Tiempos de transición

Los niños a menudo necesitan tiempo para ajustarse cuando cambian de una actividad a otra. Avisa a tu hijo con suficiente anticipación cuando quieras que pase de una actividad a otra. 

Por ejemplo, si está jugando y necesitas que se siente a hacer una tarea, avísale con cinco minutos de antelación para que tenga tiempo de prepararse mentalmente. Esto reduce el estrés y facilita la transición sin problemas.

3. Refuerzos visuales

Los niños responden bien a los estímulos visuales. Utiliza gráficos de tareas o imágenes para representar las actividades diarias que debe realizar. 

Esto no solo facilita que tu hijo siga las instrucciones, sino que también le da un sentido de logro cuando puede ver lo que ha completado. 🌟

Juguetes antiestrés: ¿Qué son y cómo pueden ayudar?

Los juguetes antiestrés, conocidos también como juguetes de estimulación, son herramientas que ayudan a los niños a mantenerse enfocados mediante el movimiento controlado de las manos. 

Estos juguetes brindan estímulos sensoriales que canalizan la energía excesiva sin distraerlos de la tarea principal.

Algunos ejemplos incluyen:

  • Cubos o spinners antiestrés: Pequeños dispositivos que giran o tienen botones para manipular.
  • Bolas sensoriales: Pelotas con texturas que los niños pueden apretar.
  • Cadenas de eslabones: Juguetes con pequeñas piezas móviles que se doblan y giran.
  • Slime o masa blanda: Masas moldeables para manipular sin distracción visual.
  • Anillos de presión: Que se pueden apretar o mover entre los dedos.

Estos juguetes son ideales para niños que necesitan moverse para concentrarse, ya que les permiten canalizar esa energía sin perder el foco.

Cuando tu niño parece no escuchar: Estrategias de comportamiento:

¿Alguna vez has sentido que le hablas a tu hijo y no parece escucharte? Aquí tienes algunas estrategias para captar mejor su atención:

  • Usa el contacto visual: Asegúrate de que tu hijo te esté mirando antes de dar una instrucción. Agáchate y miralo a los ojos o pídele que te mire. Esto garantiza que te está prestando atención.
  • Dale instrucciones paso a paso: Los niños pueden sentirse abrumados si les das demasiadas instrucciones a la vez. Divide la tarea en partes más pequeñas y claras.
  • Ofrece opciones limitadas: Proporcionar opciones (como elegir entre dos pares de zapatos) les da a los niños un sentido de control, pero dentro de límites claros.

Cómo saber si se requiere apoyo profesional

Implementar estas herramientas y enfoques puede marcar una gran diferencia en la vida diaria de tu hijo. Con un entorno estructurado, rutinas claras y herramientas como los juguetes antiestrés o las pausas activas, tu hijo comenzará a mejorar su comportamiento y enfoque.

Si, a pesar de usar estas estrategias, las conductas persisten o no se resuelven, es recomendable buscar el apoyo de un neuropsicólogo especialista en desarrollo infantil. Ellos pueden brindarte una evaluación más profunda y ayudarte a identificar intervenciones personalizadas para las necesidades específicas de tu hijo.

Recuerda que el proceso requiere paciencia y consistencia, pero con el apoyo adecuado, verás avances significativos. 😊

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