Bogotá
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Chía
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Horario
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¿Qué se debe hacer cuando un niño tiene problemas de aprendizaje?
¿Cómo se comporta un niño con problemas de aprendizaje?
¿Qué hacer si mi hijo tiene problemas en el colegio?
¿Qué tipo de problema es cuando el niño tiene bajo rendimiento académico?
En Bogotá, al igual que en muchas otras ciudades, los niños pueden enfrentar varios problemas académicos comunes. Algunos de los problemas más frecuentes incluyen:
– Problemas para reconocer y pronunciar palabras.
– Dificultades para comprender lo que leen.
– Problemas para escribir correctamente y estructurar oraciones.
– Dificultades para comprender conceptos básicos como suma, resta, multiplicación y división.
– Problemas para resolver problemas matemáticos y aplicar conceptos en situaciones prácticas.
– Dificultad para concentrarse en las tareas escolares.
– Comportamiento impulsivo
– Dificultad para seguir instrucciones.
– Dislexia: dificultad para leer.
– Disgrafía: dificultad para escribir.
– Discalculia: dificultad para entender y trabajar con números.
– Ansiedad, depresión y otros problemas emocionales que afectan el rendimiento académico.
– Problemas de comportamiento que interfieren con el aprendizaje.
– Dificultades para comprender y utilizar el lenguaje hablado.
– Problemas para comunicarse de manera efectiva.
– Dificultades para pronunciar bien algunas palabras o algunas letras
Para entender la causa subyacente de los problemas académicos de su hijo analicemos en detalle cada uno de los siguientes puntos, puesto que las dificultades escolares en los niños pueden deberse a una amplia variedad de factores, que pueden incluir desde aspectos académicos y cognitivos hasta emocionales y sociales.
Aquí hay algunas razones comunes por las que un niño puede tener dificultades en el colegio:
1. Dificultades y trastornos del aprendizaje: Como la dislexia, disgrafía y discalculia, que afectan habilidades específicas como la lectura, la escritura y las matemáticas.
2. Dificultades de atención o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): Dificultad para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad.
3. Diferencias o capacidades intelectuales distintas: Algunos niños pueden tener una capacidad intelectual distinta a la metodología tradicional que les dificulta seguir el ritmo de los demás.
1. Ansiedad y estrés: Problemas de ansiedad pueden afectar la capacidad del niño para concentrarse y rendir bien en el colegio.
2. Depresión: Sentimientos persistentes de tristeza o desmotivación pueden interferir con el rendimiento académico.
3. Problemas de autoestima: Una baja autoestima puede hacer que el niño no confíe en sus habilidades y se sienta incapaz de enfrentar desafíos escolares.
1. Problemas familiares: Tensión en el hogar, divorcio, conflictos familiares o problemas económicos pueden afectar el desempeño escolar del niño.
2. Bullying o acoso escolar: Ser víctima de acoso puede causar ansiedad y miedo, lo cual afecta negativamente el rendimiento académico.
3. Adaptación social: Dificultades para hacer amigos o adaptarse a nuevos entornos escolares pueden influir en su desempeño.
1. Problemas de visión o audición: Dificultades para ver la pizarra o escuchar al maestro pueden interferir con el aprendizaje.
2. Trastornos del sueño: No dormir lo suficiente puede afectar la concentración y el rendimiento académico.
3. Condiciones médicas: Condiciones como el asma, alergias o enfermedades crónicas pueden impactar la capacidad de concentrarse y participar en el colegio.
1. Estilo de aprendizaje: Algunos niños pueden no responder bien a ciertos métodos de enseñanza y pueden necesitar un enfoque diferente.
2. Sobreestimulación o subestimulación: Niños muy avanzados pueden aburrirse y perder interés, mientras que niños que no reciben suficiente estímulo pueden no desarrollar plenamente sus habilidades.
Algunas estrategias y recomendaciones para detectar cuál es la situación que está impactando el desempeño escolar y el aprendizaje de su hijo:
Intervención temprana: Cuanto antes se identifiquen y aborden los problemas, mejor será para el desarrollo académico y emocional de su hijo.
Comunicación con el colegio: Hable con los maestros y psicólogos escolares para entender mejor los problemas específicos que enfrenta su hijo.
Evaluación profesional: Considera una evaluación de neuropsicología para identificar problemas de aprendizaje, de atención, o dificultades emocionales que puedan estar afectando el rendimiento académico.
Apoyo en casa: Cree un ambiente de estudio adecuado y proporciona apoyo emocional. Establece rutinas y asegúrese de que su hijo tenga un tiempo adecuado para descansar y jugar.
Terapia integral: Considere un tratamiento integral de neuropsicología, psicología, terapia ocupacional, fonoaudiología o de las especialidades que sean necesarias, con el apoyo de profesionales especializados que pueda ayudarle a entender las causas y a desarrollar estrategias para que su hijo supere sus dificultades.
Cada niño es único, y lo más importante es abordar los problemas con paciencia, comprensión y el apoyo adecuado.
Los recursos y estrategias para apoyar a su hijo que tiene bajo rendimiento académico, según sus necesidades específicas pueden ser:
La valoración de neuropsicología permitirá analizar y evaluar las habilidades cognitivas, conductuales y emocionales de su hijo, con el fin de identificar fortalezas o posibles dificultades o interferencias en su desarrollo, aprendizaje y funcionamiento cerebral.
Evaluación Médica: Un pediatra puede ayudar a descartar problemas de salud física, como problemas de visión o audición, que pueden interferir con el aprendizaje.
Tutorías: Contratar a un tutor puede proporcionar a su hijo una atención más personalizada y ayudarlo a ponerse al día en áreas específicas.
Programas de Educación Especial: Si su hijo aprende distinto y tiene necesidades especiales, puede beneficiarse de la flexibilización curricular en el colegio realizada por los psicopedagogos y educadores especiales del colegio que proporcionan apoyo adicional y adaptaciones en el aula.
La terapia integral comandado y articulado desde la neurociencia y la neuropsicología, coordina el trabajo según las necesidades y la intensidad requerida en las áreas de psicología clínica, terapia ocupacional y fonoaudiología para lograr óptimos resultados.
Psicología Clínica y Terapia Conductual: Para apoyar las habilidades sociales, emocionales y de comportamiento que pueden estar afectando el rendimiento académico.
Terapia Ocupacional: Puede ser útil si su hijo tiene dificultades con habilidades motoras finas, como escribir.
Terapia del Lenguaje o fonoaudiología: Si hay problemas con el habla o el lenguaje, un fonoaudiólogo puede ayudar.
Evite realizar las terapias de manera independiente y sin consultar con un especialista que comande el trabajo.
Las terapias independientes aparentemente ahorran costos, pero generan un trabajo desestructurado y descoordinado que carece de objetivos claros y puede alargar por más tiempo los logros de su hijo, demorando los procesos de desarrollo del niño y aumentando así también la inversión económica en el largo plazo.
1. Establecer rutinas: Cree una rutina diaria que incluya tiempo para hacer tareas, estudiar, jugar y descansar.
2. Ambiente de Estudio Adecuado: Asegúrese de que su hijo tenga un espacio tranquilo y bien iluminado para estudiar.
3. Apoyo Emocional: Fomente una actitud positiva hacia el aprendizaje y proporciona apoyo emocional. Escucha a su hijo y valida sus sentimientos.
4. Reforzamiento Positivo: Elogie y recompense los esfuerzos y logros de su hijo, por pequeños que sean, para mantenerlo motivado.
1. Recursos Educativos Online: Utilice aplicaciones y sitios web educativos que hagan el aprendizaje más interactivo y divertido.
2. Materiales Didácticos Adaptados: Utilice libros, videos y otros materiales que se adapten al estilo de aprendizaje de su hijo.
Reuniones Regulares: Mantenga reuniones regulares con los maestros y otros profesionales involucrados en la educación de su hijo para monitorear su progreso y ajustar las estrategias según sea necesario.
Si su hijo tiene un diagnóstico de dificultades de aprendizaje, o de talento excepcional, el colegio puede desarrollar un Plan de Flexibilización Curricular que incluya estrategias específicas para ayudarlo.
El Plan de Flexibilización Curricular adapta el currículo para todos los estudiantes, abordando diversas necesidades de aprendizaje, estilos y contextos.
Para diagnósticos relacionados con aspectos cognitivo, el Plan Individual de Ajustes Razonables (PIAR) en Colombia es individualizado y se enfoca en adaptaciones específicas y personalizadas para estudiantes con neurodiversidad o discapacidad cognitiva o intelectual, garantizando su inclusión educativa según sus necesidades individuales.
Técnicas de Estudio: Enséñale a su hijo técnicas de estudio efectivas, como tomar notas, hacer resúmenes y organizar su tiempo.
Habilidades Organizativas: Ayúdalo a desarrollar habilidades organizativas, como mantener una agenda de tareas y proyectos.
Adapta estas estrategias a las necesidades específicas de su hijo y ser paciente durante el proceso. La colaboración constante entre padres, maestros y profesionales es clave para mejorar el rendimiento académico de su hijo.
Para abordar el bajo rendimiento académico de un hijo, es generalmente más efectivo buscar el apoyo de un profesional especializado en lugar de que la madre actúe como terapeuta. Aquí hay algunas razones por las cuales un profesional podría ser la mejor opción:
1. Objetividad y Neutralidad: Un terapeuta profesional puede ofrecer una perspectiva imparcial y objetiva, mientras que una madre puede estar emocionalmente involucrada, lo que podría afectar su capacidad para manejar la situación de manera efectiva.
2. Conocimientos y Herramientas Especializadas: Los terapeutas tienen formación y experiencia en técnicas y estrategias específicas para abordar problemas académicos y emocionales. Ellos pueden diseñar un plan de intervención personalizado basado en las necesidades del niño.
3. Relación Familiar Saludable: Mezclar el rol de madre con el de terapeuta puede complicar la dinámica familiar y generar tensiones adicionales. Mantener estos roles separados puede ayudar a preservar una relación familiar saludable.
4. Detección de Problemas Subyacentes: Un profesional puede identificar problemas subyacentes que pueden estar contribuyendo al bajo rendimiento académico, como dificultades de aprendizaje, problemas emocionales, o trastornos del desarrollo.
5. Red de Apoyo: Los profesionales especializados en neuropsicología pueden coordinar con los terapeutas y otros profesionales, como maestros, psicólogos escolares, para ofrecer un enfoque integral y multidisciplinario para tratar la situacion que impacta el bajo rendimiento académico de su hijo.
Sin embargo, el apoyo y la participación activa de los padres son cruciales para el éxito de cualquier intervención. Trabajar en colaboración con el terapeuta y seguir sus recomendaciones en casa puede potenciar los efectos positivos de la terapia.
Su apoyo, como padres y su compromisos en los objetivos puede ayudar a acelerar los procesos de superación o de adaptación de su hijo frente a sus retos.
También es muy importante compartir con los profesionales toda la información que considere relevante, sus impresiones que desde su conocimiento de madre son muy relevantes y significativas para el tratamiento de su hijo.
Su intuición y su observación de madre también son muy valiosas.
Tal vez sea difícil en algún momento entender la condición de su hijo y aceptar sus retos o no reconocerlos. Frente a un diagnóstico y para su tranquilidad, si así lo considera necesario, consulte dos o tres conceptos adicionales con especialistas que le ayudarán a entender cuál es la situación de su hijo.
Ignorar o negar las dificultades puede llevar a problemas más graves en el futuro, tanto académicos como emocionales.
Reconocer y abordar los problemas desde el principio puede prevenir complicaciones y asegurar un desarrollo flexible y más saludable para el niño.
Al aceptar y reconocer las dificultades, se pueden buscar y aplicar intervenciones tempranas y apropiadas, lo cual aumenta las probabilidades de éxito y adaptabilidad para mejorar el rendimiento académico del niño y sobre todo lograr un proyecto de vida feliz en el tiempo.
La aceptación y el reconocimiento por parte de los padres pueden brindar un apoyo emocional crucial al niño.
Sentirse aceptado, comprendido y apoyado reduce la ansiedad y el estrés, lo cual puede mejorar su disposición y actitud hacia el aprendizaje.
Al abordar las dificultades de manera abierta y con el apoyo adecuado, se fomenta en el niño un sentido de autonomía y autoconfianza, enseñándole que los desafíos hacen parte de su forma de ser, que pueden ser superados a su manera, de acuerdo con sus dones y habilidades, y que requerirá esfuerzo, disciplina y voluntad.
Algunas circunstancias pueden ser totalmente reversibles, otras por ser estructurales no lo serán ni habrá fórmulas mágicas para resolverlas.
Sin embargo, con una visión especializada del proceso y una adecuada intervención, los profesionales, los padres y el colegio pueden lograr ajustes individuales, adaptaciones y compensaciones adecuadas a la manera individual del niño como parte de su ser y para una vida feliz.
Los padres de un niño con bajo rendimiento académico deberían considerar consultar a un especialista en los siguientes casos:
1. Problemas Persistentes: Si el bajo rendimiento académico persiste a lo largo de un periodo extendido, a pesar de los esfuerzos realizados en casa y en la escuela, es importante buscar ayuda profesional.
2. Dificultades en Específicas Áreas de Aprendizaje: Si el niño tiene dificultades significativas en áreas específicas como lectura, escritura o matemáticas, podría ser indicativo de un trastorno del aprendizaje.
3. Problemas de Atención y Concentración: Si el niño muestra signos de distracción constante, hiperactividad o impulsividad, puede ser útil consultar a un especialista para evaluar la posibilidad de un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA o TDAH).
4. Dificultades Emocionales y Conductuales: Si el bajo rendimiento académico está acompañado de problemas emocionales (como ansiedad, depresión) o conductuales (agresividad, oposicionismo, trastorno oposicionista desafiante), un especialista puede ayudar a identificar y tratar estos problemas subyacentes.
5. Retroceso en el Desarrollo: Si el niño muestra un retroceso en habilidades previamente adquiridas, tanto académicas como sociales, es importante buscar una evaluación profesional para determinar la causa.
6. Quejas Físicas y Problemas de Salud: Problemas recurrentes como dolores de cabeza, problemas de visión, problemas de audición o fatiga excesiva pueden afectar el rendimiento académico y necesitan ser evaluados por un profesional de la salud.
7. Comentarios de los maestros: Si los maestros expresan preocupaciones persistentes sobre el rendimiento académico del niño o sugieren una evaluación profesional, es importante considerar su recomendación dado que tienen una perspectiva valiosa del comportamiento y rendimiento del niño en el entorno escolar.
8. Problemas en la Adaptación Social: Si el niño tiene dificultades para relacionarse con sus compañeros, muestra signos de aislamiento social o sufre de bullying, esto puede impactar su rendimiento académico y puede necesitar intervención profesional.
9. Estrategias de Apoyo Ineficaces: Si las estrategias de apoyo implementadas en casa y en la escuela no están funcionando y el niño continúa teniendo dificultades, un especialista puede ofrecer nuevas perspectivas y estrategias de intervención.
Consultar a un especialista en neuropsicología puede proporcionar una evaluación exhaustiva y desarrollar un plan de intervención adecuado e integral para ayudar al niño a superar sus dificultades académicas.
Para colaborar con los maestros y el personal escolar para apoyar a su hijo con bajo rendimiento escolar puede considerar las siguientes acciones:
Reúnase con los profesores: Solicite una reunión con los docentes de su hijo para entender mejor las áreas específicas donde presenta dificultades.
Establezca comunicación regular: Mantenga un diálogo constante con el colegio a través de la reuniones, agenda escolar, correos electrónicos o plataformas digitales que utilicen.
Participe en actividades escolares: Asista a las reuniones de padres y eventos del colegio para estar al tanto del progreso de su hijo.
Solicite apoyo adicional: Pregunte si el colegio ofrece programas de refuerzo académico o tutorías.
Cree un ambiente de estudio en casa: Establezca un horario y un espacio adecuado para que su hijo realice sus tareas.
Considere apoyo externo: Si es necesario, busque un tutor privado o centros de apoyo académico en Bogotá.
Fomente hábitos de estudio: Ayude a su hijo a desarrollar técnicas de estudio efectivas y a organizar su tiempo.
Revise la situación emocional: Verifique si existen problemas emocionales o de adaptación que puedan estar afectando su rendimiento.
Incentive la lectura: Promueva el hábito de la lectura, aprovechando los recursos de las bibliotecas públicas de Bogotá.
Manténgase positivo: Motive a su hijo y celebre sus logros, por pequeños que sean.
Algunos signos y síntomas que pueden indicar que su hijo tiene trastornos de aprendizaje y si requiere obtener un diagnóstico:
Observe patrones consistentes: Preste atención a dificultades frecuentes y persistentes en áreas específicas como lectura, escritura o matemáticas que se presentan continuamente..
Tener reuniones personalizadas con los profesores: Los docentes de las diferentes asignaturas pueden proporcionar información valiosa y complementaria sobre el desempeño de su hijo a lo largo del tiempo y en comparación con sus compañeros.
Obtenga evaluaciones preliminares por parte del psicólogo escolar, psicopedagogo u orientador escolar: Muchos colegios cuentan con profesionales que pueden realizar esta valoración preliminar que le dará más pistas para saber si debe acudir a especialistas en neuropsicología y terapia integral.
Busque una evaluación profesional: Un neuropsicólogo puede realizar pruebas especializadas para diagnosticar trastornos de aprendizaje, Trastorno del Procesamiento Auditivo: (dificultades para entender lo que escucha, aunque su audición sea normal, Trastorno del Procesamiento Visual: (problemas para interpretar información visual, afectando la lectura y la escritura), Trastorno del Lenguaje (que afecta la capacidad de su hijo para expresarse verbalmente o entender el lenguaje hablado).
También algunas dificultades sensoriales y también de los sentidos del movimiento y del equilibrio pueden indicar un trastorno de integración sensorial, por ejemplo si se cae o choca frecuentemente con objetos o personas, tiene dificultades con las habilidades motoras finas para escribir, colorear o recortar, se tapa los oídos con frecuencia o se asusta más allá de lo usual con sonidos repentinos, evita o, por el contrario, busca juegos de movimiento intenso como columpios o rodaderos o camina con mucha frecuencia en puntas
Cuando un niño tiene dificultades para integrar bien estas sensaciones, puede presentar problemas para prestar atención, aprender, controlar sus emociones, coordinar sus movimientos o relacionarse adecuadamente con los demás.
Esté atento a otras señales de alerta: Problemas de memoria, dificultad para seguir instrucciones, problemas de coordinación o dificultades sociales pueden ser indicadores.
Compare el rendimiento en diferentes áreas: Un desempeño significativamente bajo en ciertas materias en contraste con otras puede ser una señal.
Considere la historia familiar: Algunos trastornos de aprendizaje tienen componentes genéticos.
Examine el desarrollo: Retrasos en el desarrollo del lenguaje o habilidades motoras pueden ser indicador para prestar atención y valorar a su hijo tempranamente.
Descarte problemas de visión o audición: Asegúrese de que no haya problemas sensoriales o de integración sensorial afectando el aprendizaje.
Evalúe la motivación y el entorno: Asegúrese de que el bajo rendimiento no se deba a falta de interés, factores ambientales o de bullying escolar.
Si sospecha que su hijo puede tener alguno de estos trastornos, es importante consultar un neuropsicólogo para realizar una evaluación profesional integral y poder iniciar tempranamente un tratamiento para apoyar su desarrollo si es necesario.
Si su hijo tiene bajo rendimiento académico y se siente desmotivado o frustrado, es importante actuar con empatía y paciencia. Escuche sus preocupaciones sin juzgarlo y valide sus sentimientos.
Hable con sus profesores para entender mejor la situación y buscar soluciones conjuntas. Cree un ambiente de estudio tranquilo y organizado en casa. Establezca rutinas diarias que incluyan tiempo para estudiar y para descansar.
Motívelo reconociendo sus esfuerzos y logros, por pequeños que sean. Ayúdelo a establecer metas realistas y alcanzables. Ofrezca su apoyo en las tareas difíciles, pero fomente su independencia.
Involúcrese en su educación, preguntándole sobre su día y mostrando interés en sus actividades. Fomente una actitud positiva hacia el aprendizaje, mostrándole que es un proceso y no una carrera.
Asegúrese de que tenga tiempo para actividades recreativas y deportivas que le gusten. Esto puede ayudar a reducir el estrés y mejorar su estado de ánimo.
Considere buscar apoyo externo, como tutores, si es necesario. Mantenga una comunicación abierta y constante con él, recordándole que está allí para apoyarlo en todo momento.
Busque ayuda con un psicólogo clínico para abordar la parte emocional, cognitiva y conductual de su hijo. Considere también una valoración neuropsicológica para obtener un entendimiento más completo de sus necesidades y desafíos.
Su amor y comprensión son esenciales para ayudarlo a superar este desafío. Juntos, pueden encontrar maneras de mejorar su rendimiento académico y su bienestar emocional.